Un día me desperté echándola de menos. Ésa es la sensación más degradante que te puedas imaginar. Cuando sientes que te falta alguien. Miras a tu alrededor sin comprender, con gesto vacilante extiendes la mano y buscas un vaso de agua o un libro... En tu
vida todo está en su sitio, los objetos, las personas: tu relación con el mundo no parece diferente.
Pero te falta algo.