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domingo, diciembre 16

Hasta luego Bárbara

vía http://comunicacionsellamaeljuego.com/fin-la-columna-inedita-de-barbara-alpuente-en-yo-dona/


Casi cinco años he tardado en publicar un buen artículo en el blog. Tienes suerte, hoy es el día. Porque por primera vez, el texto no es mío, claro. Estaba el viernes brujuleando por Twitter y vi que alguien retuiteaba este comentario de Andrés Aberasturi:
¡Coño, Bárbara! Y de pronto me acordé: hace 8 años, su columna era lo primero que me hacía tirarme en plancha a abrir Yo Dona cada sábado. Tanta admiración tenía, que un día le escribí una carta para pedirle que me dejase invitarla a un café. No sé qué llevó a esa mujer guapa a pensar que aquel lector no era un tarado, pero el caso es que me concedió ese café, que recuerdo fue un gustazo, en la plaza de Puerta Cerrada, en Madrid.
Hacía mucho que no tenía contacto con ella, pero al saber que su última columna, tras siete años y medio de colaboradora, había sido retirada, he volado a ofrecerle esta casita digital como blog de acogida. Y como me ha aceptado la invitación, aquí publico la que iba a haber sido su última columna en Yo Dona. Como Aberasturi y tantos otros, creí que los lectores de Bárbara Alpuente merecíamos leer su despedida, hasta que pronto la volvamos a encontrar en su próximo gran espacio. Con ella os dejo…
FIN
BarbaraAlpuenteNo quiero parecer egocéntrica, pero cuando los mayas predijeron que el mundo se acabaría en diciembre de 2012, creo que lo decían por mí.  No se referían al mundo en general, como piensa tanta gente, no, se referían al mío en particular. Así que tranquilos, salid de vuestros refugios nucleares y suspended vuestro suicidio en grupo programado para la semana que viene. No temáis, esto no va con vosotros. Mi mundo se acaba un poco porque ésta es mi última columna en Yo Dona. Resulta curioso que los mayas conocieran de antemano esta información cuando yo me acabo de enterar, pero ya sabemos que eran súper listos. Todo comenzó en mayo de 2005, cuando la ahora ex directora de esta revista buscaba a una mujer que escribiera sobre solteras mayores de treinta. Yo hay pocos campos en los que sea una experta, pero este era uno de ellos por entonces, y para mantenerme fiel a mi especialidad, hoy en día lo sigue siendo. En este tiempo he compartido con vosotros mis enamoramientos, mis rupturas, la superación de algunos de mis miedos, la aparición de otros, mis reflexiones sobre el mundo, mis citas fallidas, una convivencia, tres mudanzas, los nacimientos de los hijos de mis amigas, mis viajes en metro y en autobús, una boda, mis éxitos y fracasos personales, afectivos y profesionales, la aparición e insistencia de mi reloj biológico, mi intento de sacarme el carnet de conducir (os vais a quedar sin conocer el final de esta aventura) o la pérdida de amigos y familiares. He ido derramando mis vivencias en esta página con la certeza de que siembre había alguien al otro lado para recoger mis palabras y cuidarlas con cariño. Y así ha sido; sé que algunos estáis ahí desde el principio, leyéndome como si se tratara de la correspondencia de una antigua amiga. Quiero dar las gracias a Charo Izquierdo, al equipo entero de esta revista y, sobre todo, a los que me seguís cada semana (lo siento, nunca ganaré un Goya y esta es mi única oportunidad para ofrecer un discurso de agradecimiento). Gracias, queridos lectores. Os llevo en el corazón.
Bárbara Alpuente