Resaca. En eso se resume
la noche de ayer y el comienzo del nuevo año. ¡Claro que sí! Acabar y empezar
con dos copas en mano y 8 de más en sangre. Vergüenza, vergüenza y vergüenza (
creo que sigo piripi ). Abres lo ojos y lo
primero que ves es un techo. Que posiblemente no sea el tuyo. Y luego rezas
para que sea tu cama (algunos desearíais que no, lo sé). Al menos puedes haber
acabado en cualquier sitio menos en un zoo, mas que huela a tigre y a pis de
mono. ¿Qué es lo primero que hace el ser
humano nada más despertarse? Volver a dormir. 5 minutitos más para un deleite
de 2 horas suplementarias. Cuando tu periodo de hibernación ha llegado a su
fin, repasas mentalmente la noche. Sólo algunos elegidos lo consiguen, esto es
así. Porque a la mayoría de los mortales sólo nos vuelve a llegar el olor del
ron-con-cola y el gin-tonic. Y el dolor de cabeza. Pero conforme tus ojos se acostumbran
a la penumbra de las 2 de la tarde y tu barriga empieza a dar grititos de cerdo
degollao’, te das cuenta de que las mujeres no eran tan exuberantes, más bien
morcillas embutidas en vestidos de cabaret. Que los hombres no le tenían un
aire a George Clooney, sino que parecían cabos de escuadra de aquí pa’ llá con
las corbatas en la cabeza. Que ese paso tuyo de Michael Jackson acabó en
hostión, no en aplausos. Que no es que las 300 féminas presentes tuvieran
novio, es que tú no te tenías en pie. Que los tíos no te miraban el culo, más
bien fueron los focos los que revelaron tu braga-faja que utilizas para perder
tripa y dignidad. Y entonces viene casi lo peor (lo peor de todo llega al final
guardad la calma); el móvil. Todos sabemos de qué hablo, no os hagáis los
longuis. Hablo de ese Whatsapp a tu ex en el que le prometes amor eterno y
muchos hijos. Ese mensaje a tu madre en el que sólo se decodifica la palabra
‘besoooos’. Esas múltiples llamadas a tus amigos de las cuales no tienes
conocimiento, pero sí conoces el coste de ellas. Esa raja en la pantalla, esa esquina
cuarteada, esa carcasa desaparecida. Finalmente, llega LO PEOR. Lo aterrador,
lo terrorífico, lo apocalíptico, lo [inserte aquí el adjetivo que más le
convenza]; la comida familiar. Para aquellos bienaventurados que no conocen
este término, dejadme ser clara y concisa. Pretende ser un evento alegre y
familiar, y acaba siendo tú espatarrado en una silla, tu primo potando en el
baño, tu abuelo durmiendo la mona con el cuello apunto de dislocarse, tu madre
fusilándote con la mirada, y el resto comiendo. Entonces, ¿cuál es la verdadera
intención de la Noche Vieja pues? ¿Ir de fiesta para luego estar jodidos toda
la semana? ¿¡Por qué se nos castiga de esta manera!? Mis propósitos para 2013
son revisar los del 2012. Y ahora, si me lo permitís, feliz año nuevo.
M.
M.