No voy a decir que he vuelto. Porque sólo vuelven los que se van y yo nunca me he ido. Yo siempre contigo, de una forma u otra. Qué más da.
Qué más da que se acerque el otoño mientras tú y yo podamos seguir haciendo el verano. Nuestro verano, cosa de dos.
Que es verdad que llevo unos meses perdido, para qué nos vamos a engañar. Pero que si tú no me lees yo te escribo. Que cuanto más te olvidas de mí más me encargo yo de recordarte. Y si no me puedes perdonar por lo menos hazte la loca y deja que muera, como otros tantos, poco a poco por tu boca. Si soy uno más o uno menos decídelo luego. Vente conmigo.
Queda aún mucho verano por disfrutar.
Te quería contar que los amores vacíos han llenado estos meses.
Mientras escuchaba al gran Sabina, qué ironía. No puedo jurar que me engañaba cuando me mentía.
Pero bueno.
Ahora que se acerca el otoño ya puedo preguntarte qué tal te ha ido. Y se repetirán nuestras conversaciones del día de tu cumpleaños, Navidad o tu Santo. Ya sabes que no soy muy original buscando excusas o fechas para hablar contigo.
Es curioso ver como con los años me sigues contestando igual a pesar de mis inútiles intentos por cambiar las preguntas. Te diste cuenta ya hace mucho tiempo de que todas mis preguntas quieren saber lo mismo.
Y yo sigo empeñado en preguntar.
Es inevitable.
Los tontos somos así y cuando la cagas con una chica se te queda cara de tonto para toda la vida. Por eso marco tus días especiales en mi calendario. Aparecen como triángulos rojos, como muros de las lamentaciones donde poder comprar un trocito de cielo, para poder volver al Edén de donde me expulsaste.
Lo que para ti es tu cumpleaños para mí es el día anual de la conmemoración a mi capullez, a mi facilidad para meter la pata y a mi capacidad para pedir perdón cuando ya no queda nadie para escuchar.
Y lo peor es que creo que le he cogido cariño a tu indiferencia.Y soy tan masoca que me gusta este pequeño drama personal mío.
Si algo tiene Septiembre es que es el verdadero Año Nuevo del universitario. El mes de las oportunidades, de los propósitos, del querer ser e intentar que sea.
Volver a empezar. Pero no otra vez.
Te quería decir que no quiero zonas grises. Que el único color que quiero ver es el azul de tus ojos. Déjame que te diga que este año no se tiene por qué acabar el verano. Que no hace falta que llegue el invierno para darme cuenta de lo que quiero.
Que yo sólo quiero hacer el verano contigo
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