Páginas

jueves, enero 23

El lugar más feliz del mundo

El viajero ha pasado a ser una especie de extinción en un mundo tomado por turistas. Como les tiene aversión, se pasa la vida huyendo de ellos. Les observa con condescendencia, repitiéndose que no es como ellos y forzándose a marchar cada vez más lejos para no encontrárselos. Quiere ir allí donde todavía le reciben con sorpresa. O mejor aún: donde no le recibe nadie. Busca, sin terminar de encontrarlo, el fin del mundo. Pero ¿dónde queda?

Quizá hay lugares a los que no se debería volver. Los visitaste tiempo atrás, guardas un recuerdo de cómo eran, de cómo eras tú cuando estuviste en ellos, y al regresar te das cuenta de que todo ha cambiado. El lugar. Tú. La nostalgia es una pésima compañera de viaje. Te distrae de lo nuevo. Te arrastra a  lo conocido. Y una  vez allí te susurra con malicia: «¿Te das cunea? Nada permanece».


D.J

No hay comentarios: