Páginas

viernes, abril 25

miércoles, abril 23

"Un libro es la mejor almohada que existe"

Feliz Día del Libro -


martes, abril 22

Estira la boca


Estira la boca. Hazte el favor. Contrae los mofletes, estruja el mentón, afila tus labios. Achina esos ojos. Presume de arrugas. No, con la mano no vale. Tiene que ser con la intención. Estira tu boca. Estírala ahora. Porque sí, porque tú lo vales, porque hoy es hoy. ¿Ya está? ¿Aún no?
Que te digo que estires la boca. De verdad que sí. Acerca las comisuras con suavidad hacia tus oídos, esos por los que de tanto en tanto se cuela mi voz, frecuencia que deja cada vez más secretos de confesión. Mira, ahí va otro.
Estira la boca. Y no me vengas con que te faltan motivos. Que si algún día no los encuentras, no te preocupes que los buscamos los dos. Además, cualquiera diría. Seguro que harás cosas muchísimo más absurdas todos los días por gente a la que ni siquiera conoces y que encima te da igual. Digo yo. Y sin exigir motivos a cambio. Por qué me los pides a mí. Eh. Por qué.
Estira la boca. Que sí, que dicen que es contagioso. Que ya verás. Empapa tu entorno. Inicia tú la epidemia con tan deliciosa infección. Que nos pille a todos sin vacunas. Que nadie encuentre remedio, que ni siquiera lo empiece a buscar. Huyan despavoridos los envidiosos que algún día se atrevieron a hacerte llorar. Vuelvan a sus cavernas de rabia aquellos que hicieron de tu tristeza su trofeo, su triunfo y su vergonzosa conquista. Que hoy tú vas a estirar la boca. Y con ella aplastas y aplastarás. Hoy pierden todos ellos. Porque hoy ganas tú. Dientes, dientes, Julián.
Porque yo sólo quiero que estires la boca. Me da igual si es de mentira. Me da igual cuándo sea, de verdad. Pero es que no te das cuenta. No es lo que pasa cuando tú nos regalas un estirón de boca. Es lo que ocurre con el resto del mundo cuando nos lo das.
Cuando tú estiras la boca, la vida no pasa, en la vida se está. Cuando tú estiras la boca, a todas las alegrías les da por salir a pillar. Y vaya si pillan. Se marcan un crusaíto con el primer recuerdo que agarran, y le dan otro motivo para proyectar, para acabar con el futuro y maquillados de ilusión. Sí, ya sé que igual es sólo maquillaje, pero qué coño más nos da.
Cuando estiras la boca, el pez ya no muere, sino que se le practica un bypass. Cuando estiras la boca, ya no entran ni moscas ni moscardones, y cuanto más la abres, más se van.
Y así andamos todos, en busca de alguna boca estirada con la que la nuestra se quiera acostar.
Estira la boca. Estírala ya. Pero hazlo por ambos lados. Porque estirar la boca a medias es dejar de lado la otra mitad. Abandonar la sección que quedó en la sombra por culpa de tanto traspaso emocional. Montar un fiestón con la mitad de los invitados. Y obligar a la otra mitad, simplemente, a mirar. Estirar la boca a medias no está bien, porque el aire se te acaba yendo por el lado al que no le está permitido ni emocionarse ni emocionar.
Todo esto para decirte que estires la boca. Que puede que te suene muy absurdo. Que le veas todas las pegas. Y que no le encuentres la utilidad. Pero ahí fuera hay un universo entero esperando una señal. Tu señal. Un millón de posibilidades que sólo se atreverán a dar el paso y hacerse realidad si y sólo si tú les regalas ese gesto. Ese guiño. Ese estirarla y que te dé todo igual. Y si tú no lo haces, porque decides guardártelo, nadie más lo hará. Y como tú no lo descubras, nadie más podrá. Ahí se quedarán esperando. Ahí se pudrirán. Que se jodan. Eso es lo que le estarás diciendo a tus otros destinos si hoy no estiras tu boca. Ajá.
Por un momento, atrévete a estirar la boca. Puede que después de hacerlo continúes exactamente igual que hasta ahora y hayas perdido el tiempo poniendo en práctica una sencilla expresión facial.
O también puede que un día estires tu boca y de repente empiece a levantarse todo lo demás. 

lunes, abril 21


martes, abril 15

"Hay noches en que llega la verdad,
ese huésped incómodo
para dejarnos sucios, vacíos, sin tabaco,
como en un restaurante de sillas boca arriba
y a punto de cerrar"

domingo, abril 13

Entrevistando a Jot Down Magazine

Tarda que te tarda y por fin, a las puertas de las vacaciones, "Entrevistando a Jot Down Magazine" (Lean, lean!)

http://issuu.com/tudor123/docs/issue_7

He aquí la entrevista no censurada / recortada (?)



ENTREVISTA JOT DOWN MAGAZINE

Si conseguir entrevistar a Carles Foguet y a Ricardo González, dos de los fundadores de una de las revistas culturales más influyente del país Jot Down Magazine, era ya de por sí surrealista, tener que hacerlo en medio de un spot publicitario entre maquillaje y gomina lo fue aún más.
Sentados en las escaleras de una galería de arte les pregunté cómo surgió Jot Down y esto fue lo que me contestaron…


Por qué Jot Down

C - La historia es muy sencilla. Éramos un grupo de amigos, afortunadamente lo seguimos siendo después de esto, que teníamos la inquietud de que no encontrábamos la publicación que a nosotros nos gustaría leer. Nos propusimos la revista que a nosotros nos gustaría leer. Tres años después estamos aquí.

En qué consiste Jot Down Magazine

R - Es una revista cultural contemporánea muy generalista con varias premisas principales, aunque bueno, tiene muchas muy eclécticas porque es muy heterogénea. Principalmente lo que buscamos es que premie el tono literario sobre el periodístico, que presente la cultura de forma amena y no elitista, cercana a cualquier persona independientemente de su nivel sociocultural, que con su información sea capaz de leerse los artículos y de entenderlos.

C - Interés tenemos uno que es la cultura. Lo que pasa es que a veces no sabemos si somos amplios de mira o faltos de criterio porque para nosotros casi cualquiera es susceptible de ser cultura.

R - Por resumirlo de alguna manera es romper con esa dicotomía que había en la cultura popular, la cultura basura y la alta cultura elitista. Nosotros consideramos que tanto la cultura popular como la cultura académica son igualmente importantes. Como es tan importante una sonata de Beethoven como un concierto de Slayer y podemos tratar ambos temas desde el mismo punto de vista.

Bueno, ¡me estáis contestando a todas las preguntas antes de hacerlas!

C - ¡Es que ponemos la máquina en marcha y vamos!

Pensáis que el periodismo, el bueno, el de calidad, volverá al de antes en el cual una minoría más cultivada y de una clase social media-alta podrá seguir leyendo.

C - Antes de que conteste él, que veo que lo va a hacer, intentamos evitar hablar sobre el periodismo en general. Es decir, nosotros eventualmente llevamos JD pero permanentemente somos lectores, ciudadanos, críticos, y todo lo que tú quieras llamar pero en todo este tiempo hemos evitado de manera consciente hacer predicciones sobre el periodismo. Al fin y al cabo ni somos periodistas ni somos advenedizos en el buen sentido de la palabra.

R - No somos periodistas, no somos del gremio; somos juntaletras más que otra cosa. Personalmente, si tuviera que etiquetarme como algo sería como editor. Pero, no podemos hacer predicciones porque no conocemos cómo funciona. Lo que puedo decir es lo que espero que ocurra. Y lo que espero que ocurra es que no ocurra eso que dicen. Al contrario, nuestra intención, y espero que todo el mundo que se dedica a esto haga lo mismo, es acercar a todo el mundo a la cultura. Porque una sociedad sin cultura es una sociedad bastante más pobre.

Como habéis sacado adelante Jot Down en esta época de crisis?

C - Bueno, esta es fácil. A veces a nosotros nos han preguntado “hacéis periodismo de crisis”. No. Hacemos periodismo en una crisis pero es circunstancial. Sería tan absurdo como para un marinero quejarse del estado del mar. Era el contexto, lo sabíamos antes de empezar y lo sabemos ahora. Si la situación mejora confiamos mejorar. Pero este proyecto no nació como respuesta a nada, evidentemente nació en un momento en el que las cosas no iban bien, pero era una variable que incorporamos a la ecuación. Nosotros al menos nunca hemos justificado nada, ni el hecho de salir lo hemos justificado con la crisis. Y si algo nos empieza a salir mal espero que ninguno de nosotros diga que ha sido por la crisis.

R - De hecho realmente no éramos conscientes de la crisis porque como digo cuando empezamos esto nosotros no éramos periodistas, no estábamos metidos en este mundo ni el mundo editorial. Sabíamos que había una crisis económica general pero no sabíamos todo esto que ahora se habla tanto de la muerte del periodismo etcétera, todo el día con la muerte del periodismo, no teníamos ni idea. No éramos del mundillo, no conocíamos a nadie, nos enteramos después cuando empezamos “oye que hay una crisis en el periodismo!” y nosotros “¡hostia puta!

C - “¡Qué valientes!”. Bueno más que valientes temerarios, pero por desconocimiento no por desafiar nada.

Porque de la plantilla inicial de 10 que empezasteis ninguno sois periodistas…

R - Ninguno, luego se incorporaron periodistas que, vamos a señalar esto, nos han aportado mucho a una pandilla de ignorantes como éramos nosotros: en este sentido no teníamos ni idea. Nos han dado ideas, nos han orientado un poco, pero cuando empezamos ninguno éramos periodistas.

C - Y del equipo de, bueno llámale como quieras, dirección me parece un poco atrevido, seguimos sin serlo. Y no creo que ninguno de nosotros se identifique nunca como periodista. Como mucho como decía Ricardo somos juntaletras

Bueno, ahora alguno os llamaría más bien emprendedores.

C - ¡No por favor! Procuro evitar que nos llamen esto. Mira, en una entrevista que aun no ha salido el entrevistado decía “Yo no soy empresario, tuve que hacer una empresa para hacer lo que quería hacer”. Creo que ninguno de nosotros tiene vocación de empresario sino que nos tuvimos que organizar de un modo que convencionalmente se le llama “empresa” para poder desarrollar nuestro proyecto al máximo de sus capacidades.

R - Por poner un ejemplo un poco heterodoxo, pues como si un grupo de amigos de juntan para hacer un fan cine. Un fan cine se hace en tu casa y con fotocopias. Nosotros queríamos hacerlo de una manera un poco más profesional y evidentemente tenemos que seguir unos pasos profesionales. Pero no tuvimos la intención de “vamos a hacer una empresa” ni peinarnos con gomina ni café con puro.
De hecho ni siquiera fuimos en busca de subvenciones ni ese tipo de cosas que la gente hace para montar una empresa. Lo hemos hecho todo sin subvenciones, sin crédito bancario, sin pedir ayuda a nadie.

¿Papel, pantalla o los dos?

C - Los dos. Bueno para nosotros no hay tal dicotomía entre los dos. JD es un único producto que se retroalimenta. Son dos patas de un banco que el día que una de las dos falle el banco se cae al suelo. Esto sí que lo hemos dicho muchas veces, si hubiéramos estudiado en ESADE diríamos que eso es un circulo virtuoso porque una retroalimenta a la otra. La visibilidad que nos da la versión online no repercute en vender la versión offline, que en el fondo nos trae el ingreso que necesitamos para mantener la versión online. Y así vas manteniendo la rueda girando.

¿Cómo os ayudan las RRSS a la hora de difundir vuestro contenido?

R - Ahora menos, pero para empezar fue esencial. De hecho la única manera de darte a conocer cuando empiezas como digo, sin un trasfondo económico que te haga una campaña de marketing etcétera, son las redes sociales. Y a nosotros nos hicieron un RT para darnos a conocer y así fue.

C - Bueno, nosotros nos dimos a conocer a través de las redes, pero lo que nos dio a conocer fue el contenido. La red en realidad es un factor crítico pero no era el imprescindible. Sin el contenido ni redes ni marketing ni nada. Al final se te cae el chiringuito.

R - Efectivamente; funcionas en las redes si tienes un buen contenido. Tu puedes hacer una campaña de marketing, convencer a la gente con la campaña de marketing pero si tu producto está vacío, vendes solo el primer número. Pero con una buena base de seguidores te dignas a sacar el primer número, y ese número convence, la gente lo va a seguir comprando. Las redes sociales fueron el primer impulso: bueno, en realidad se siguen manteniendo porque a través de Twitter nos sigue conociendo más gente. Seguimos sin hacer campaña publicitaria.

C - Pero ahora el peso relativo es menor, así como al principio mucho trafico nos llegaba de las redes ahora hay gente que viene directamente, que van a la cabecera porque ya la conocen y se fían del contenido. Antes llegaban de una pieza en concreto y ahora ya van a mirar qué hay nuevo.


Si os digo la frase “La farándula es el opio del pueblo” qué me respondéis.

C - De opio sí sabemos, pero de farándula no sé cómo va.

R - Yo puedo dar mi opinión personal al respecto, no tiene por qué ser la oficial. Mi opinión personal es que sí, primero porque es más barato  de producir. Nosotros esto tampoco lo hacemos.

C - Nosotros no lo hacemos porque no lo podríamos hacer tan bien como lo hacen otros. Sería un poco absurdo. Nosotros hacemos relativamente bien determinadas cosas, y esta ni la sabríamos hacer ni la queremos hacer. Pero no nos vas a oír una crítica sobre esto. Es probable que siga funcionando, que haya público, pues felicidades. No hemos nacido como contrapunto de nada, sino como alternativa. Demostrar que se pueden hacer otras cosas con otros canales con otra gente, y que haya esto probablemente tienes razón.

R - El público es el que manda y hay que darle alternativas al público. El problema está cuando no se le dan alternativas al público.

Y cómo sigue el proyecto que teníais de sacar la revista en inglés

(Risas nerviosas entre los dos)

C - Ahí sigue, ahí sigue, pero es que nuestra concepción de futuro abarca más o menos las próximas 12 horas. Entonces hacer predicciones se nos da bastante mal en general y con nosotros mismos en particular más.
Lo queremos hacer, no sabemos cuándo pero hemos visto que con determinados contenidos podemos suscitar interés en otros mercados más allá del hispanohablante. Por ejemplo cuando hemos entrevistado a determinados personajes, la gente ha traducido esa entrevista en filipinas en inglés, para que la leyera un mercado anglosajón.

R - Ayer mismo nos vino una chica de la universidad de Oxford para traducir un articulo, para su trabajo de tesis. Nos pidió permiso para traducirlo y publicarlo. De todas formas, antes que el mercado anglosajón, queremos meternos en el hispanohablante que comentaba antes Carlos, porque también hemos visto muchas cosas que suscitan ahí mucho interés.


Y ya para empaquetar, ¿por qué creéis que la gente necesita JD?

R - No creemos que se necesite, no como se necesita comer y beber. Pero al fin y al cabo es una alternativa cultural y a la vez amena, y es una cosa que creemos que faltaba. Había una cierta ausencia en el mercado de algo que conjugara todo tipo de cultura y además de una manera que pudieras llegar a leértelo sin tener que estar fumando pipa y con monóculo. No un material denso como las revistas especializadas.

Bueno, las entrevistas que hacéis son largas largas no es así?

R - ¡Son largas pero no densas!

C -Para cerrar el círculo hablando de las necesidades de la gente, ten en cuenta que la única necesidad que pretendíamos cubrir era la nuestra. Lo que hemos descubierto con Jot Down es que había mucha más gente como nosotros pero seguimos haciendo la revista que querríamos leer nosotros. Afortunadamente hay mas gente que esta igual de mal de la cabeza.

R - Nosotros siempre pensamos en hacer lo que nos gustaba a nosotros, lo que nos hubiera gustado leer y pensábamos que había más gente en el mundo así, que tampoco éramos tan especiales y efectivamente la hay. 


M. 

sábado, abril 12

No lo podrás entender si nunca has escrito


Lo que digo y lo que no digo. No me sirve un teclado. No me sirve el sonido. Sólo se necesita un bolígrafo y un poco de silencio para escribir todo lo que siento. O sentir todo lo que escribo.

Tú esto no lo podrás entender si nunca has escrito.

Escribir es desahogarse. 
Es subir a la superficie escribiendo, porque muchas veces nosotros mismos nos ahogamos en nuestra propia vida, en nuestra propia realidad.
Un cuaderno es un pequeño submarino. Tenemos todo lo que nos hace falta. Solos con solo sentimientos. Solos con nosotros mismos, con nuestras palabras. La soledad es nuestro camarote y la ausencia de ruido nuestro oxígeno. 
El por qué de nuestra existencia fluye por las líneas y se disuelve entre las páginas. El por qué reímos. El por qué lloramos. El por qué decidimos bajar la vista y hacer como que no habíamos visto. Por qué  lo dejas todo para quedarte con nada. Y entonces te das cuenta; no te enfadas con el mundo, te enfadas con tu cuaderno. Presionas el bolígrafo, aceleras y la letra te cambia. No es una libreta, no es un diario. Es el conjunto de palabras que no te atreves a pronunciar en alto por miedo a algo más grande que ellas. Tú mismo.
Es tu confesor, tu verdugo, tu confidente. No habla, solo escucha. Porque muchas veces solo queremos ser escuchados y no juzgados.
Tú, yo, vosotros. Te refieres a todos y a nadie en concreto. El tono es personal, que no informal. Hay cabida para todo siempre definido por márgenes y líneas. Qué paradoja no es cierto? Que en un espacio tan limitado demos rienda suelta a nuestra imaginación.
Imaginación.
O nuestra propia realidad.

Escribo porque muchas veces no me entiendo ni a mi misma. Escribo para buscar a quien me busca y encontrar lo que aún no conozco. Y parece que escribiendo los pensamientos se ordenan de alguna manera más o menos coherente. Por eso como norma general han de escribirse con bolígrafo. Si te equivocas o te lo piensas mejor, con un tachón los puedes difuminar. Pero muy por debajo aún se descubre la verdad. Un lápiz en cambio tiene a su goma, y un teclado siempre tendrá a su delete. Y así no se baila.
El llamado “terror de la página en blanco” que padecen algunos escritores no es nada comparado con el terror que sientes cuando las letras salen a borbotones sin saber cómo pararlas, sin tener tiempo a pensarlas. Salen. Sin más. Y cuando has acabado no sabes si es mejor cerrar los ojos y hacer oídos sordos, o releer todo lo que has escrito para conocerte un poco mejor. 
Tus principios no pueden ser alterados ni borrados. Porque sin ellos estaríamos muertos. Y hay verdades que duelen sí, y momentos que cambian todos los demás. Pero no siempre se encuentra la voz adecuada para recitar todo de carrerilla en voz alta. Y es ahí cuando el cuaderno se convierte en pista para bailar con nuestros demonios.

Que tú y los que me conocen ya lo saben; yo siempre he sido más de escribir. 


M.