Hay días iluminados por pequeñas cosas, por
nimiedades que te hacen increíblemente feliz: una sobremesa con risas, un
juguete de la infancia que aparece en la estantería de un anticuario, una mano
que aprieta la tuya, un beso tras una esquina, una llamada que no esperabas,
unas palabras dulces, alguien que te abraza sin pedir otra cosa que un momento
de amor...Hay días iluminados por pequeños momentos de gracia, un aroma que te
alegra el alma, un rayo de sol que entra por la ventana, el ruido de la lluvia
cuando todavía estás en la cama, las aceras nevadas o la llegada del verano.
Hay dias hechos de nimiedades que llenan el alma de melancolía, momentos de
soledad de los que uno se acuerda durante mucho, mucho tiempo...Hay días hechos
de nimiedades, días de los que uno tiene un recuerdo a lo largo del tiempo sin
que pueda verdaderamente saber por qué.