Viva la contradicción, viva el caos, viva la desestructuración
mental (dentro de un límite, no vayamos ahora a volvernos locos).
Viva la
gente que es capaz de asumir su ignorancia, de cambiar de rumbo sobre la
marcha, de traspasar su razón, vivan las personas libres de verdad, libres de
sí mismos y de nosotros, viva la aventura de la mente, del cuerpo, del
espíritu, viva la ausencia de miedo, viva la inseguridad, la inestabilidad,
viva el vacío bajo nuestros pies, y la posibilidad de caminar sobre el aire,
vivan los trocitos. ¡Viva estar vivo!