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sábado, junio 8


Nos quedamos hasta la hora de las sombras. Antes de la despedida es costumbre intercambiarse direcciones, promesas de escribirse. Nos dijimos nosotros no.
No nos arrastremos tras una promesa para traicionarla. Sabemos perfectamente que no volveremos a vernos. Y si ocurre, seremos diferentes y no nos reconoceremos.

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