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martes, diciembre 10

Si me gustara alguien


En el hipotético caso de que me gustara alguien, me encantaría comprarle ropa, viajar con él y dedicarle palabras bonitas. Pero siempre por escrito. Habladas quedan mal. O a mí me lo parece.

Le escribiría algo así:



Me gustas.
Y me gusta que me gustes.
Si intento que no me gustes, me gustas más. No sé si es represión en estado puro, o desatada libertad sentimental. Me resulta imposible sujetarme. 
Me gustas los miércoles y también los jueves.  Me gustas cuando me gustas y cuando no. Me gusta mirarte cuando no sabes que te miro. Admirar un pliegue de tu jersey o tu mirada desorientada en la pantalla del ordenador. Me gusta recapitularte: tu voz, tu forma de andar, tu piel y tu olor fresco y hormonalmente tentador. En palabras de Rocío Dúrcal, me gustas mucho tú, y me horroriza no poder decírtelo y eso me gusta también.
Me gusta ver que estás conectado en el whatsapp, que escuchas música, que sonríes. Me gusta tu boca que me muero por besar. Me gusta tenerte cerca y me encantaría que fuera hasta traspasarnos. Me gusta tu pelo, tan tuyo, tan para mí. Me gusta pasar un buen rato riéndonos de la misma tontería, y volver a ella una y otra vez. Me gustas en noviembre, que es muy seco y frío. Me gustas con prisa y con calma, fuerte y flojo; me gustas todo el rato.
Me gustas bastante, me gustas una milla, un quintal, una tonelada, una jartá, un montón. Me gustas mazo, y me apena saber que nunca te lo diré. Me gustas por la mañana, y cuando llueve, y cuando voy por la línea 1 de metro. Joder, me gustas y nunca me atreveré a decírtelo.



Algo así escribiría... Si me gustara alguien, claro.



Lo dice Diana Aller

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